Una de las preocupaciones más comunes entre los pacientes que comienzan fisioterapia es el miedo al dolor durante las sesiones. Este temor es completamente comprensible, especialmente cuando ya existe un nivel de dolor previo causado por una lesión o una afección crónica. En este artículo aclaramos cómo se experimenta el tratamiento y qué se puede esperar.
¿Los tratamientos de fisioterapia causan dolor?
En general, el objetivo principal de la fisioterapia es aliviar el dolor, mejorar la movilidad y promover la recuperación. Sin embargo, algunas técnicas pueden generar cierta incomodidad o molestias temporales. Esto ocurre, sobre todo, en los siguientes casos:
- Terapias manuales: Manipulaciones profundas de músculos y tejidos pueden causar molestias momentáneas, pero están diseñadas para liberar tensiones y mejorar el flujo sanguíneo.
- Punción seca: La inserción de agujas en puntos gatillo miofasciales puede ser incómoda, pero suele proporcionar un alivio significativo después del tratamiento.
- Electroterapia o técnicas invasivas (como la EPI): Estas pueden generar una sensación peculiar, como pinchazos o presión localizada, pero no suelen ser dolorosas si se realizan correctamente y con guía ecográfica.
¿Por qué algunas técnicas pueden ser incómodas?
Es importante entender que, en algunos casos, la incomodidad durante el tratamiento forma parte del proceso de estimulación del tejido dañado. El fisioterapeuta busca activar mecanismos naturales de reparación y aliviar tensiones acumuladas. Esta incomodidad es controlada y siempre ajustada al nivel de tolerancia del paciente.
Conclusión
Aunque algunas técnicas pueden generar molestias temporales, la fisioterapia está diseñada para ayudarte a sentirte mejor a largo plazo. Los fisioterapeutas son expertos en personalizar los tratamientos para que sean efectivos y cómodos, asegurándose de respetar siempre el umbral de dolor del paciente.


